Una de las más recientes potenciadoras de esta tendencia es Amy Winehouse, con su genial revisión del ‘pinupismo’ que no dejó indiferente ni al ínclito Karl Lagerfeld. Desgraciadamente, con la cantante fuera de combate como icono ‘fashion’ (y como casi todo), la moda permanece con la llegada al armario ‘main stream’ de constantes de la vestimenta ‘pin up’. El caso más evidente es el del estampado de leopardo, pero también del rosa chicle, de las calaveras llevadas a un terreno casi ñoño, de la moda marinera (anclas, timones y otras imágenes portuarias) e, incluso, los tatuajes tradicionales (como los de Amy) caracterizados por sus colores saturados y complementarios, planos y con motivos recurrentes, como las rosas, las golondrinas y las bandas con nombres.
Hay modas que siempre prevalecen...
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